Cada día es una nueva aventura con ellos, se aprenden cosas nuevas, exploras terrenos nunca conocidos (o ya olvidados), regresas a tu infancia y juegas con ellos como una niña más. El tiempo vuela estando con ellos, así que ¿qué mejor manera de inmortalizar y atesorar esos momentos que dedicándoles un blog? Y no sólo a mis hijos sino a todas las pequeñas personitas que nos hacen querer ser mejores y que con una sonrisa hacen que se quiten todas las penas.
No hay que olvidar ni perder de vista que los que hoy son pequeñas personitas son nuestro futuro inmediato y nuestro reto es guiarlos para ser grandes personas. Con amor, paciencia y constancia lo conseguiremos.
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